domingo, 21 de mayo de 2017

15 cualidades comunes de los padres que tienen hijos exitosos

Los buenos padres desean que sus hijos se mantengan al margen de los problemas, que tengan éxito en la escuela y que sigan haciendo cosas impresionantes como adultos. A pesar de que no existe una receta universal para la educación eficaz de los hijos, los psicólogos han revelado 15 factores que predicen el éxito de los hijos. Estas son los factores que los padres de hijos exitosos tienen en común.

1. Hacen que sus hijos hagan tareas.
"Si los niños no lavan las vajillas, significa que alguien más lo hace por ellos", dice Julie Lithcott-Haims, ex decana de la Universidad de Stanford y autora del libro: "Cómo educar a una persona adulta" ("How to Raise An Adult"), "Los hijos pequeños deben ayudar en los quehaceres de la casa, para contribuir en la causa común", dice ella.
 Julie considera que los niños, que ayudan en casa,  crecen como para ser buenos  empleados de empresas, sensibles y ser capaces de llevar a cabo las tareas de forma independiente. Esta opinión se basa en el estudio efectuado por Harvard Grant Study.

2. Enseñan a sus hijos habilidades sociales.
Los investigadores de la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Duke estudiaron a más de 700 niños de todo el territorio de EE. UU. Al principio, cuando iban a la guardería, y después, cuando cumplieron los 25 años de edad. Resultó que, los niños sociables, que colaboraron con sus compañeros, con mayor frecuencia concluían sus estudios universitarios y que trabajaban a tiempo completo.
Mientras que los que tenían habilidades sociales limitadas eran más propensos a cometer crímenes, bebían alcohol o que hacían la cola para recibir la vivienda de interés social.
"Desde una edad temprana, estas habilidades pueden determinar si un niño irá a la universidad o a la cárcel", y si terminan como empleados o adictos, dice el director del programa de la Fundación Robert Wood Johnson, Kristin Schubert.

3. Tienen altas expectativas.
Usando datos de una encuesta nacional de 6600 niños nacidos en 2001, el profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (EE. UU.), Neal Halfon y sus colegas descubrieron que las expectativas que los padres tienen para sus hijos, tienen un tremendo efecto en el logro.
En el 96% de los casos, los niños lograban ingresar a la universidad, si sus padres les animaban. Al mismo tiempo, los niños cuyos padres no insistían en la obtención de la educación superior, ingresaban a la universidad en el 57% de los casos. Aquí, se desencadena el efecto Pigmalión (otro hallazgo psíquico), que afirma que "lo que una persona espera de otra, puede llegar a servir como una profecía autocumplida".
4. Se llevan bien, el uno con el otro, en su mayor parte.
Según el profesor de la Universidad de Illinois, Robert Hughes, Jr., los hijos de las familias, en las que hay conflictos, tienden a crecer para ser aún más conflictivos. Si en la familia no hay o tienen casi ninguna pelea, como regla general, crecen calmados. También está demostrado que los niños que viven en familias no conflictivas con un sólo padre, son psicológiamente más sanos que los que viven en familias conflictivas con la madre y el padre.
Otro hecho más: si después del divorcio, el padre sigue comunicándose con sus hijos, entonces ellos viven mejor.

5. Discuten honestamente delante de sus hijos.
A veces los niños son testigos de los conflictos entre los padres. Es importante que sus decisiones que tomen sean justas y equitativas. Recuerde que en el futuro, el niño puede tomar el ejemplo de la buena o mala conducta en una situación de conflicto.

6. Han alcanzado niveles educativos más altos.
Un estudio liderado por la psicóloga Sandra Tang de la Universidad de Michigan, en 2014 estableció que si una madre concluye la universidad, sus hijos tendrán grandes posibilidades  también de ingresar a la universidad.
Otra investigación analizó a 14 000 niños, que ingresaron en el jardín de infantes entre 1998 y 2007, la cual mostró que los niños, menores de 18 años de edad, raramente terminan la escuela secundaria e ingresan a la universidad, que los hijos nacidos de madres mayores de 18 años.
Un tercer estudio en favor de esta tesis lo realizó un psicólogo de Nueva York de la Universidad  Estatal de Bowling Green State, Eric Dubow, en el que participaron 856 personas. El resultado fue que si a los 8 años de edad el niño tenía padres con educación superior, entonces, en 40 años más, los hijos adultos lograban un mayor éxito en sus trabajos que sus coetáneos.

7. Muy pronto empiezan a enseñarles matemáticas a sus hijos.
En 2007, se analizaron los datos de 35 000 niños en edad preescolar en los EE. UU., Canadá e Inglaterra, que mostraron que el desarrollo temprano de las habilidades matemáticas puede convertirse en una gran ventaja en el futuro.
"El dominio de las habilidades matemáticas tempranas predice no sólo el logro matemático futuro, sino que también predice los logros futuros en lectura", dice el coautor e investigador de la Universidad de Northwestern, Greg Duncan.    

8. Desarrollan una relación sana con sus hijos.
En 2004, se estudiaron a 243 personas nacidas en la pobreza. Si en los primeros tres años los padres les prestaron "cuidados sensibles", en sus primeros 3 años no sólo mejoraron  en las pruebas académicas en la infancia, sino que tuvieron relaciones más saludables y mayores logros académicos en sus 30 años de edad.
Como se informó en PsyBlog, los padres que son cuidadores sensibles "responden a las señales de sus hijos de manera rápida y apropiada" y "proporcionan una base segura" para que los hijos investiguen el mundo.
"Esto sugiere que las inversiones en las primeras relaciones iniciales entre padres e hijos, pueden resultar en retornos de dinero a largo plazo que se acumulan en el futuro en la vida de las personas", señaló el coautor y psicólogo de la Universidad de Minnesota, Lee Raby en una entrevista.

9. Están menos estresados.
"El estrés materno afecta mal a los niños", considera el sociólogo de la Universidad Estatal de Bowling Green, Kei Nomaguchi.
El contagio emocional o el fenómeno psicológico donde la gente "atrapa" los sentimientos de los demás, es como si fueran un resfriado, explica Nomaguchi. Los estudios demuestran que si su amigo es feliz, entonces ese brillo le "infectará". Así funciona también en la tristeza. Si los padres tienen un mal estado de ánimo (que están agotados o frustrados), o con el estrés constante, entonces el estado emocional puede ser transmitido a los niños.

10. Las madres trabajan fuera de casa.
De acuerdo con un estudio realizado por científicos de la Harvard Busines School, hay beneficios significativos para los niños que crecen con las madres que trabajan fuera del hogar.
El estudio reveló que las hijas de las madres que trabajan suelen ir a la escuela y que ganaban un 23% más que sus compañeros, que fueron criados por sus madres que sólo permanecían en casa. Los hijos de las madres trabajadoras también tendían a dedicarse más a las tareas domésticas y al cuidado de los hermanos.

11. Tienen un estatus socio-económico más alto.
Trágicamente, una quinta parte de los niños estadounidenses crece en la pobreza, situación que limita severamente su potencial.
La situación se está poniendo más extrema, porque según Sean Reardon, un investigador de la Universidad de Stanford, la brecha en el nivel de logros entre las familias de ingresos altos y bajos "es entre el 30-40% más grande entre los niños nacidos en 2001 que entre los nacidos 25 años antes". Como señaló el autor del libro: "Drive", Dan Pink, cuanto más es el ingreso de los padres, mayores son las puntuaciones de sus hijos.

12. Tienen autoridad.
Un estudio realizado en 1960 por la psicóloga Diana Baumride de la Universidad de California en Berkeley, estableció tres tipos de estilos de crianza de los hijos:
- Permitisivo (o Tolerante):  cuando el padre no castiga, sino que constantemente exige a sus hijos.
- Autoritario: cuando el padre trata de moldear y controlar al niño sobre la base de un estándar establecido de conducta.
- Con autoridad: cuando el padre trata de dirigir racionalmente al niño.
Lo ideal es el estilo autoritario. Porque con este estilo el niño crece con respeto a la autoridad, pero que no se siente "estrangulado" por las severas restricciones.

13. Enseñan a mirar hacia adelante.
En 2013, la psicóloga de la Universidad de Pennsylvania, Angela Duckworth, ganó una beca de "genio" de la Fundación MacArthur por el descubrimiento de un poderoso rasgo de personalidad que impulsa el éxito individual, denominado "grano".
El grano es como una "tendencia a mantener el interés y el esfuerzo hacia el logro de muchos objetivos a largo plazo". Que quiere decir, cómo enseñarles a los niños a imaginar y a comprometerse en el futuro que quieren crear.

14. Les dan a sus hijos los nombres a prueba de prejuicios.
Una serie de estudios demuestran que cuanto puede afectar su nombre en su éxito durante toda su vida, desde su rentabilidad hasta sus hábitos de gastos. 
En cuanto a la carrera, las personas con nombres comunes y fáciles de pronunciar, resultan ser más exitosos que las personas con nombres complicados.

15. Comprenden la importancia de una buena nutrición y hábitos saludables.
Las personas exitosas reconocen que los buenos hábitos alimenticios pueden ayudarle a enfocarse (o concentrarse) y ser productivo durante todo el día. De acuerdo con la Dra. Catherine Steiner-Adair, los hábitos alimenticios de los niños requieren la participación delos padres. Porque ellos deben de mostrarles un buen ejemplo de la dieta saludable, sólo así les copiarán.
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Por Mauritz.
(Ref.: Sravni.ru; BusinessInsider; FB)

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